Te convertimos en un experto cortador de jamones


La conservación de los jamones y la preparación para su consumo son fundamentales para poder degustar todo su sabor y matices aromáticos. Siguiendo los siguientes consejos podremos disfrutar de uno de los mayores placeres gastronómicos del mundo: El jamón ibérico.

CONSUMO:
El jamón debe consumirse a temperatura ambiente, es decir, a unos 21º. A esta temperatura se observará la brillantez de la grasa natural, mientras que si está demasiado frío el aspecto es más bien opaco.
Hay que procurar cortar lonchas finas, de tamaño medio y con algo de grasa intramuscular para hacerlas más jugosas.
Además de su incomparable sabor, las propiedades nutritivas del jamón ibérico de bellota son un fantástico complemento para una dieta sana y equilibrada.

CÓMO CORTAR UN JAMÓN:



El buen jamón debe cortarse a cuchillo para que los cortes tengan unas cualidades óptimas para su consumo.
Más allá de la plasticidad del espectáculo del cortador pelando, cortando y presentando el jamón de la forma tradicional, al jamón cortado a máquina se le atribuyen pérdidas en el aroma y en las características aportadas por la grasa al conjunto, derivadas del calentamiento provocado por el rozamiento de la cuchilla de corte sobre la superficie del jamón.
En cualquier caso, el corte a cuchillo del jamón forma parte indiscutible del disfrute en la degustación del jamón ibérico de alta calidad. Se trata de un proceso sencillo si se dispone del material adecuado; aun y así, es aconsejable guardar las siguientes medidas de seguridad.
  1. Utilizar un soporte apropiado, que permita mantener el jamón bien firme.
  2. Durante el corte, la mano contraria a la del cuchillo debe estar siempre a mayor altura que la mano del cuchillo.
  3. Mantener el cuerpo en una posición retirada de la zona de corte.
  4. Cortar lentamente, sin aplicar demasiada fuerza.

MATERIAL NECESARIO PARA CORTAR JAMÓN:



Para cortar jamón ibérico en condiciones, es indispensable disponer de:
  1. Afilador (chaira): permite afilar el cuchillo de forma rápida, sencilla y segura.
  2. Cuchillo jamonero: cuchillo especial para cortar jamón. Muy afilado, de hoja larga, estrecha y flexible, que permite realizar cortes finos y precisos, y ajustar el movimiento al perfil de la zona de corte.
  3. Portajamones: soporte firme en el que colocar la pata o paletilla en una posición adecuada para el corte.
Adicionalmente, puede ser conveniente tener:
  1. Trapo de cocina: para cubrir el jamón una vez finalizada la sesión de corte.
  2. Cuchillos pequeños: de hoja pequeña y afilada, para realizar cortes precisos en las zonas más angulosas de la pieza.
  3. Pinzas: para una presentación cuidada, permiten manipular las lonchas y virutas de jamón al colocarlas en el plato.

1. Colocar el jamón:



El portajamones debe de colocarse a una altura, y en una posición, en las que el corte pueda realizarse cómodamente, sin forzar ningún movimiento ni postura.
Si se va a consumir todo el jamón en poco tiempo (1 o 2 días), se comenzará a cortar por la zona principal, también llamada maza. Para ello se situará el jamón con la pezuña hacia arriba.
Si se va a consumir lentamente (más de 2 días), es preferible empezar a cortar por la zona de la babilla o contramaza, para evitar que al final esta zona pueda quedar excesivamente reseca. En tal caso, situar el jamón de manera que la pezuña mire hacia abajo.

2. Pelar el jamón:
Antes de empezar a cortar el jamón de una zona, es necesario pelarlo, es decir: retirar la piel y la grasa exterior que cubren dicha zona, hasta que aparece la carne.
El exterior del jamón contiene también mohos y exudados naturales del proceso de secado y maduración, que conviene eliminar del contorno de la zona de corte, para evitar sabores rancios.
Si el jamón se va a consumir en 1 día, se puede pelar entero; si no es así, conviene ir pelando según se vaya consumiendo.

3. Cortar el jamón en lonchas (loncheado):



Cortar el jamón en lonchas finas (casi transparentes), abarcando el ancho de la pieza pero no muy largas (6 o 7 cm). Conforme se vaya avanzando en el corte, se debe ir retirando la piel y la grasa exterior de los bordes.
Los cortes serán siempre paralelos entre sí y en dirección opuesta a la pezuña, dejando siempre a la vista una superficie plana, sin estrías.
Cuando se corta la zona principal, más jugosa e infiltrada, se aconseja combinar las lonchas de dicha zona con algunas de la cadera y del codillo.
Al llegar al hueso de la cadera, se hará un corte incisivo alrededor del hueso para que las siguientes lonchas salgan limpias de esta zona.

La carne más próxima a los huesos no debe cortarse en lonchas, sino en tacos que pueden usarse como ingrediente de lujo en caldos y cocidos.

Cuando ya no quede carne en la zona principal se le dará la vuelta al jamón, quedando la pezuña hacia abajo.

En el plato, las lonchas se disponen en una sola capa, si acaso con un ligero solapamiento entre ellas.

4. Finalización. Usos del hueso del jamón:

El hueso de jamón es un ingrediente excelente para dar sabor a cocidos, pucheros y caldos. Para estos usos, el hueso suele serrarse en trozos de tamaño medio (un puño mediano, aprox.) que pueden congelarse sin problemas para su empleo futuro.


L Casei y Bifidus, famosos pero desconocidos



La publicidad ha conseguido que incluyamos en nuestro argot culinario habitual la palabra ‘L Casei’, ‘Bifidus’,… Pero, ¿sabemos realmente qué son?

¿Qué son L Casei Inmunitas y Bífidus?
Lactobacillus Casei es un tipo de bacteria que se encuentra en el intestino y boca de los humanos. Esta bacteria, productora de ácido láctico, es utilizada en la industria láctea para la elaboración de alimentos probióticos (que contienen microorganismos vivos beneficiosos para la salud del organismo huésped). Se cree que mejora la digestión y la tolerancia a la leche.



Para entender por qué existen los lácteos con L Casei (Lactobacillus Casei) o con Bífidus (Lactobacillus Bífidus) debemos primero saber qué es el yogur, ya que debe tener unas características únicas para ser llamado “yogur”.

¿Qué es un Yogur?
En la antigüedad, los búlgaros, que eran en la inmensa mayoría un pueblo nómada, basaban su alimentación en la leche que producían sus animales, la cual transportaban en odres a temperatura ambiente. La leche a esa temperatura al mezclarse con las bacterias que habitaban en esos odres fermentaba creando lo que los turcos llamaban el “yurt” que significa ‘mezclado’. Así se producía el “yurt” o yogurt, yogur, etc.



Los médicos recomiendan consumir alimentos que contengan la bacteria L-Casei para reforzar el organismo y ayudar a prevenir o mitigar determinadas dolencias o enfermedades, como la gripe estacional, según informó el Colegio de Médicos de Las Palmas en un comunicado.

De esta manera, en opinión de los expertos, si se quiere preparar al cuerpo contra la batalla vírica de la gripe, por ejemplo, se debe consumir alimentos funcionales que aporten algo suplementario a los propios nutrientes. Los alimentos probióticos, por ejemplo, incorporan bacterias (como la L-Casei) específicas para fortalecer las defensas. Se trata de un microorganismo que habita en la boca y en los intestinos y se encarga de la producción del ácido láctico, eficaz al ser un inhibidor de bacterias dañinas.
Los expertos en nutrición son partidarios de aportar a diario este tipo de bacterias a nuestro cuerpo a través de este tipo de alimentos funcionales.


El L-Casei también facilita la digestión, merma la intolerancia de la lactosa y contribuye a evitar la diarrea. Un buen funcionamiento del aparato digestivo es la clave para un sistema inmunitario fuerte y completo, ya que el 70 por ciento de las defensas están en el intestino. Precisamente, según un estudio recientemente publicado en la revista científica Vaccine, el consumo diario de dos unidades (mañana y tarde) de leches fermentadas con L.casei DN 114 001 cuatro semanas antes y nueve semanas después de la vacunación mejora la respuesta inmune contra el virus de la gripe en las personas mayores de 70 años.


Cómo debemos cocer el marisco



Existen tantas maneras de cocer el marisco casi como pueblos tiene la costa. Las variantes son sin embargo muy sutiles y, en términos generales, la cocción de tan preciado manjar se somete a una regla general de obligado cumplimiento. La cocción requiere una cantidad de agua abundante y la proporción justa de sal. 

Siempre se recomendó cocer el marisco en agua de mar, pero es bastante complicado para todo aquel que no tenga la suerte de vivir en una zona costera y aun así, habrá que contar con que esté en buenas condiciones para su uso.

Es necesario tener en cuenta -que no siempre se tiene- que hablamos de un alimento que llega del mar y trae, de 'serie', una cantidad de sal propia del medio en el que viven hasta su captura los diferentes crustáceos, moluscos, incluso bivalvos y cefalópodos.

A la hora de cocer el marisco hay versiones para todos los gustos. De modo orientativo, aquí os dejamos una tabla con algunos tiempos de cocción:



Marisco
Cantidad de sal
Tiempo de cocción
60 gramos
20 minutos
60 gramos
25 minutos
60 gramos
5 minutos
60 gramos
7 minutos
Percebes
70 gramos
½ minuto
Camarón
Santiaguiños
70 gramos
70 gramos
½ min
8 minutos
Cigala mediana
60 gramos
1`5 minutos
Cigala grande
60 gramos
3 minutos
Bogavante mediano
60 gramos
20 minutos
Bogavante grande
60 gramos
30 minutos
Langosta mediana
60 gramos
20 minutos
Langosta grande
60 gramos
30 minutos
Buey mediano
60 gramos
20 minutos
Buey grande
60 gramos
25 minutos

Para almejas, berberechos y mejillones con un vapor de ocho a diez minutos será suficiente.

El marisco vivo debemos cocerlo en agua fría con sal, de esta manera nos aseguremos que no pierda las patas. Los camarones, percebes y santiaguiños son los únicos que deben echarse en agua hirviendo.




Si el marisco es fresco pero está muerto o es congelado, (es importante dejar que se descongele lentamente en la nevera o lugar fresco), debemos cocerlo en agua hirviendo.

Si cocemos gambas o langostinos, debemos echarlos a la olla con agua hirviendo, una vez cambien de color los sacamos y los metemos en una olla con agua fría, hielo y sal, dejándolos reposar unos 5 minutos, luego los escurrimos, y ya están listos para comer.



Si hablamos de almejas o berberechos es mejor cocinarlos al vapor, para asegurarnos que no tienen arenas es bueno ponerlos en agua con sal, y cambiársela 2 o 3 veces, en intervalos de 45min, 1h.



Después de estos pequeños trucos, solo queda asegurarse de que compramos el mejor marisco. Y... ¡a degustar los manjares que el mar nos proporciona! 

La miel y sus innumerables beneficios. Por dentro y por fuera



La miel de abeja es un producto que las abejas producen a partir de la transformación del néctar de las flores. La miel ha sido ampliamente estudiada por su gran cantidad de propiedades como antiséptico, fortificante, calmante, laxante, diurético y bactericida. Está demostrado que proporciona un gran número de beneficios para el cuerpo humano.

La miel tiene un rico sabor y es utilizado principalmente para endulzar y preparar algunos alimentos, pero el principal beneficio de la miel se encuentra en sus propiedades antibacteriales, anti-inflamatorias, antisépticas y calmantes. A continuación os enumeramos otros los principales beneficios:



-Tomar una cucharadita de miel en el desayuno nos proporciona más energía para nuestras actividades físicas diarias.

-La miel con limón alivia las molestias de la garganta, a calmar la tos y bajar la fiebre.

-Una propiedad de la miel de abeja poco conocido es que ayuda a las personas que sufren de ulceras gástricas.

-La miel te ayuda a mantenerte alejado de infecciones debido a sus propiedades antisépticas.

-Las heridas y quemaduras también se curan con miel, ya que sus propiedades antisépticas y cicatrizantes ayudan a evitar infecciones y aceleran la cicatrización de la piel.

-La miel es un alimento prebiótico, que contiene oligosacáridos propios que aumentan la población de la flora bacteriana de forma natural, mejorando la salud digestiva y del sistema inmunológico.



Otras propiedades:
La miel, además, es eficaz para tratar heridas de la piel, la tos y otras afecciones respiratorias. También tiene efectos calmantes en el cuerpo y es conocida por sus beneficios en el tratamiento de alergias, reducción del colesterol, prevención de problemas de corazón y el estreñimiento debido a sus efectos laxantes.


Dos o tres cucharaditas al día de miel de abeja son la dosis perfecta para endulzar tus platos sin engordar. Si tienes alguna infección o necesitas puedes incrementar la dosis un poco para cubrir tus requerimientos. 




Alimentación ecológica, una decisión saludable y responsable



La salud es la principal preocupación de las personas y por ello cada vez es mayor el cuidado de la alimentación. Este es uno de los motivos de la creciente demanda de alimentos ecológicos.
Hasta ahora se veía como normal la innecesaria ingestión de químicos habituales en las explotaciones agrícolas. Ahora sabemos que son nocivos para la salud y que deterioran el medio ambiente. Por lo tanto, exite una alternativa y esta viene de la mano de los productos ecológicos.

Se podría decir que los alimentos ecológicos, orgánicos o biológicos son aquellos alimentos y bebidas producidos sin la utlización de productos químicos en todas las fases de su elaboración. Actualmente, los consumidores tienen la garantía de que los alimentos naturales que compran son realmente ecológicos y saludables si están certificados por los organismos correspondientes.



La parte negativa se encuentra en el precio de venta de los alimentos ecológicos que es más elevado que el de los convencionales, si bien esta diferencia se está reduciendo en los últimos años por el aumento de la demanda y ya son muchos los alimentos ecológicos que se pueden adquirir en tiendas tradicionales y online. Comprar aceite de oliva ecológico, zumos, legumbres, frutas, carne, verduras, vinos, etc ya es una realidad en multitud de tiendas en internet. Los consumidores bien informados aceptan este mayor precio de venta ya que realmente obtienen productos saludables de mucha mejor calidad. También es cierto que algunos productos, sobre todo vegetales, no tienen un aspecto tan bonito como los tradicionales pero a cambio si tienen un color mucho más puro. Los alimentos ecológicos hacen recuperar el verdadero aroma y sabor de las comidas y bebidas.

Aquí os desglosamos 10 sencillos motivos por los que debemos consumir productos ecológicos:

1. Porque son saludables:
Están libres de residuos tóxicos persistentes procedentes de pesticidas, antibióticos, fertilizantes sintéticos, aditivos y conservantes, muchos de ellos utilizados en la agricultura convencional para eliminar insectos o plagas y combatir enfermedades, y que a medio o largo plazo pueden dañar nuestro organismo.



Al no contener substancias artificiales, los alimentos procedentes de la agricultura ecológica son asimilados correctamente por el organismo sin alterar las funciones metabólicas. Según los especialistas en nutrición, gran parte de las enfermedades degenerativas tienen su origen en la alimentación.

Otra característica de la agricultura ecológica es que, al cultivar los alimentos en suelos equilibrados por fertilizantes naturales, los productos son más nutritivos ya que contienen unos niveles más altos de vitaminas –especialmente la C–, minerales esenciales –calcio, magnesio, hierro, cromo…–, antioxidantes –que ayudan a prevenir determinadas enfermedades como el cáncer–, hidratos de carbono y proteínas.

2. Porque no contienen aditivos sintéticos:
Los alimentos ecológicos no contienen aditivos de síntesis que pueden provocar problemas en la salud tales como insuficiencias cardíacas, osteoporosis, migrañas e hiperactividad.

Cabe destacar que los productos biológicos, cultivados sin el uso de agroquímicos, respetando los ritmos naturales y sin aditivos, son equilibrados y muy ricos en nutrientes.

3. Porque no contienen pesticidas:
Centenares de pesticidas químicos son utilizados habitualmente en la agricultura convencional lo que provoca que restos de residuos de pesticidas aparezcan en los alimentos procedentes de esta agricultura que ingerimos diariamente.

Diferentes estudios toxicológicos realizados demuestran la relación existente entre los pesticidas y ciertas patologías como el cáncer, las alergias y el asma.



El uso de pesticidas también es perjudicial para la salud del trabajador agrícola, un problema serio especialmente en países en desarrollo, donde el uso de pesticidas está poco regulado.

A su vez, la utilización de estas sustancias daña el medio ambiente y conlleva un coste adicional a la sociedad, ya que ésta debe eliminar los residuos que los pesticidas dejan en la naturaleza.

4. Sin organismos genéticamente modificados:
En la agricultura ecológica no se autorizan los organismos genéticamente modificados (OGM).

El cultivo de OGM puede tener consecuencias negativas para el medio ambiente y faltan investigaciones sobre las consecuencias a largo plazo del cultivo transgénico; actualmente no existen resultados científicos que demuestren que el cultivo de OGM y los alimentos transgénicos sean inofensivos para el medio ambiente y la salud humana, y se desconoce si la ingesta de plantas modificadas genéticamente supone un peligro directo para la salud, aunque hay indicios que muestran una influencia en el metabolismo.

La agricultura con organismos genéticamente modificados conduce hacia la uniformidad genética y con ello hacia una erosión genética, lo que significa una pérdida de variedad, con grandes extensiones de un mismo cultivo.

La agricultura ecológica quiere conservar e impulsar la variedad genética de las especies y tipos, y con ello la riqueza de los paisajes de cultivo.

5. Porque no contienen antibióticos:
En la actualidad existe una preocupación sobre el creciente uso de antibióticos en la ganadería tradicional y los posibles efectos sobre la salud humana.

Los estándares de control del reglamento europeo prohíben el uso de antibióticos en la ganadería ecológica, hecho que beneficia la salud de los consumidores.



El tratamiento veterinario que se dispensa al ganado, salvo excepciones muy tipificadas, es en muchas ocasiones homeopático; esto significa que los animales se cuidan de forma preventiva, evitando la administración de antibióticos, tranquilizantes u hormonas.

6. Porque son sostenibles con el medio ambiente:
Respetar el medio ambiente es una de las máximas de los productos ecológicos; cuando consumimos alimentos de cultivo ecológico colaboramos en la conservación del medio ambiente y evitamos la contaminación de la tierra, el agua y el aire.

La agricultura ecológica es la más respetuosa con la fauna, la que genera una contaminación más baja de aerosoles, produce menos dióxido de carbono, previene el efecto invernadero, no genera residuos contaminantes y ayuda al ahorro energético y de los gobiernos, ya que en el cultivo y en la elaboración de los productos se aprovecha el máximo de recursos renovables.



7. Porque tienen máximos niveles de calidad:
Los alimentos ecológicos provienen de la agricultura ecológica, que utiliza un sistema de producción de la máxima fiabilidad pues está sujeto a una trazabilidad desde el campo hasta la mesa mediante el Reglamento Europeo 2092/91.

Todos los agentes que intervienen en la cadena agroalimentaria están sujetos al control e inspección de las materias primas utilizadas, el proceso de elaboración, el envasado, el etiquetado, etc. mediante las empresas de control y certificación acreditadas.

8. Son respetuosos con el bienestar animal:
El reglamento europeo contempla medidas específicas para la ganadería ecológica en lo que respecta a la habitabilidad en las granjas con el objetivo de evitar el estrés de los animales y potenciar el crecimiento en semi libertad.

Este tipo de ganadería permite que los animales crezcan a su ritmo natural y en unas condiciones de vida adecuadas.

Los animales no son manipulados artificialmente o de manera intensiva para lograr una mayor producción, ya que, entre otros aspectos, no se practica la inseminación artificial ni se emplean hormonas.

La alimentación de estos animales está basada en pastos naturales, leche preferiblemente de su propia madre, y piensos y forrajes ecológicos, exentos de pesticidas, fertilizantes y transgénicos.

Es importante destacar que un animal bien cuidado y sin estrés produce más y goza de más salud.




Otra característica de la ganadería ecológica es que potencia las variedades autóctonas, que son las que mejor se han adaptado a las condiciones de la zona.

9. Porque son respetuosos con la naturaleza:
La agricultura ecológica; fertiliza la tierra y frena la desertificación; favorece la retención del agua y no contamina los acuíferos; fomenta la biodiversidad; mantiene los hábitats de los animales silvestres, permitiendo y favoreciendo la vida de numerosas especies; respeta los ciclos naturales de los cultivos, evitando la degradación y contaminación de los ecosistemas; favorece la biodiversidad y el equilibrio ecológico a través de diferentes prácticas: rotaciones, asociaciones, abonos verdes, setos, ganadería extensiva, etc.; potencia la fertilidad natural de los suelos y la capacidad productiva del sistema agrario; recicla los nutrientes incorporándolos de nuevo al suelo como compost o abonos orgánicos, y utiliza de forma óptima los recursos naturales.
En resumen, respeta el equilibrio de la naturaleza contribuyendo a la preservación del ecosistema y al desarrollo rural sostenible.

10. Porque son más sabrosos:
Los productos ecológicos, al ser elaborados de forma más artesanal y cuidadosa, recuperan los gustos originales y tienen mejor sabor.

Debido a que las plantas sólo son regeneradas y fertilizadas orgánicamente, éstas crecen más sanas y se desarrollan de mejor forma, conservando el auténtico aroma, color y sabor.



Por ello, muchos consumidores prefieren alimentos ecológicos, ya que conservan el verdadero gusto de cada ingrediente y les permite recuperar el sabor tradicional de los alimentos.

Además, los alimentos ecológicos se conservan mejor que los convencionales.


En definitiva, los productos ecológicos saben mejor y son más sabrosos que los alimentos convencionales; sólo hay que probarlos y comparar.

Ternera Gallega para los paladares más exigentes



Ya casi nadie desconoce que la Ternera Gallega está considerada una de las mejores carnes del mundo. Pero, ¿sabes por qué? ¿Conoces sus características?  Pues aquí te damos algunas de las claves que hacen de ésta una de las carnes más demandadas y apreciadas.

Ternera Gallega es la Indicación Geográfica Protegida de referencia en España, tanto por su volumen e implantación en el mercado como por la calidad y garantía de control de la carne amparada. Significa aproximadamente el 50% de la carne con Denominación de Calidad que se comercializa en España, y más del 70% de los consumidores declaran conocerla.



La carne de Ternera Gallega procede de animales jóvenes (con menos de 10 meses), principalmente de la raza Rubia Gallega y sus cruces. Se alimenta a la manera tradicional, empezando con la leche materna que se va sustituyendo paulatinamente por forrajes y concentrados de origen exclusivamente vegetal.

Es una carne muy tierna y sabrosa al paladar en cualquiera de sus variantes.



PROPIEDADES:
La carne de vacuno, y concretamente la carne de ternera, destaca por su alto valor proteínico. Las proteínas nos aportan los aminoácidos esenciales para el correcto funcionamiento de nuestro organismo, facilitando el crecimiento y la reparación de tejidos. Por ello, resulta muy beneficiosa para la piel, uñas, huesos, cartílagos, tendones y ligamentos.

La carne de vacuno está muy valorada dentro de la dieta mediterránea por su gran aporte en vitaminas del grupo B: la B12 es excelente para el sistema nervioso, el crecimiento y la regeneración de células; la B3 es muy buena para la piel; y la B5 y B6 nos ayudan a asimilar los carbohidratos y las proteínas.

La carne de ternera posee, además, gran cantidad de hierro, ayudando a prevenir la anemia, y también fósforo, mejorando el desarrollo intelectual.




Es una carne que destaca por su intenso y agradable sabor, con una extraordinaria terneza, jugosidad y suculencia. En definitiva, Ternera Gallega, y sobre todo Ternera Gallega Suprema, es una carne para paladares exquisitos y exigentes, que buscan sensaciones únicas y especiales en una carne de vacuno. 

Los yogures ya no 'caducan'


El yogur ya no tendrá fecha de caducidad, sino una fecha apropiada de consumo que deberán determinar los operadores de las empresas alimentarias. El pasado día 29 de abril le hemos dicho adiós al tradicional etiquetado de la fecha de caducidad del yogur, así como el límite de 28 días desde su fecha de fabricación, exigidos en la anterior norma de calidad del producto.

Esta norma pretende adecuarse a la nueva realidad del mercado, eliminando restricciones que puedan situar a los productores españoles en una situación de desventaja para garantizar una competencia leal entre las industrias, mejorar su competitividad y dotar al sector de las mismas condiciones a todos los productores comunitarios. Así, por ejemplo, según los productos añadidos, los yogures se clasifican en seis: yogur natural; yogur natural azucarado; yogur edulcorado; yogur con fruta, zumos y/o otros alimentos; yogur aromatizado, y yogur pasterizado después de la fermentación.



Además, permite usar productos lácteos como, por ejemplo, la nata -al igual que en otros países de la Unión Europea- necesario para la elaboración de los yogures cremosos, ya presentes en el mercado.

El antiguo sistema de fecha de caducidad impedía la venta de yogures después de 28 días desde su elaboración. Los expertos consideran que pasado este tiempo el producto pierde propiedades, pero se puede consumir sin causar riesgos para la salud.

La comida perecedera como el pescado o la carne está marcada con una fecha de caducidad. Otros alimentos como los embutidos, el queso o las legumbres no caducan pero pierden propiedades con el paso del tiempo. Este es el caso de los yogures, que pueden durar hasta un mes y medio en perfecto estado si se mantienen correctamente.




La nueva norma para el etiquetado de los yogures entró en vigor oficialmente el viernes 29 de marzo de 2013. A partir de ese momento las fábricas irán cambiando las etiquetas de sus productos. Encontrarás en las tiendas y supermercados yogures con la nueva etiqueta en la que aparecerá la designación 'consumo preferente' y una fecha. Pasada esa fecha, tú decides si quieres tomar el yogur o no, pero sabiendo que hacerlo no te causará ningún mal.