Las doce uvas, una tradición muy española
Las doce uvas es una
tradición de origen español y extendida a otros países hispanoamericanos como
México, Venezuela, Bolivia, Ecuador, Perú, Chile, Colombia o Costa Rica.
Consiste en comerse 12 uvas, una por cada campanada a las 12 de la noche del 31
de diciembre (Nochevieja).
Tras la suculenta cena de Nochevieja, en las mesas o en
torno a los televisores están preparadas
las 12 uvas (doce granos de uva) que se comerán (o se ‘tragarán’)
coincidiendo con las doce campanadas.
Junto a las campanadas existen muchas leyendas,
supersticiones y mitos. En España, según la tradición, empezará el año nuevo con mucha suerte
si brindas a las doce de la noche y en la copa de champán, sidra o cava hay una sortija o
otra joya de oro. También es sinónimo de buena suerte si estás subido a una
silla y al terminar las campanadas pisas con el pie derecho. O si se lleva algo
íntimo de color rojo y algún detalle prestado.
La tradición de tomar las uvas comenzó a principios del siglo
XX. Se
cuenta que corría el año 1909 y agricultores de Alicante y Murcia, deseosos
de colocar el excedente de uvas que habían sufrido ese año debido a una buena
cosecha, idearon esta práctica que después se convertiría en tradición.
La explicación de por qué en Madrid la gente se anima a pasar frío la última noche del año esperando que un reloj de las
12 campanadas para tomar las uvas tiene su miga. Resulta
que en 1882 el alcalde de Madrid, José Abascal y Carredano, decidió imponer una
tasa de un duro a todos aquellos que quisieran salir a recibir a los Reyes
Magos la noche del día 5 de enero. Así, privados los madrileños de esta noche de farra, algunos se animaron a celebrar la
Nochevieja en la Puerta del Sol, comiendo uvas con las campanadas, tal vez como
protesta o como mofa de la tradición burguesa de comer uvas y champán en la
cena de Nochevieja, una tradición que reflejan los periódicos de la época y que
dicen importada de Francia y Alemania.
Este comportamiento se extendió y popularizó rápidamente en
la capital, hasta el punto de que en 1897 los comerciantes de la ciudad ya
publicitaban las uvas de la suerte, y en poco años se conocía en lugares tan
lejanos como Tenerife. Ahí es donde entran nuestros agricultores levantinos del
principio, que aprovechando su excedente de producción de 1909, realizaron una
campaña para promulgar y potenciar la costumbre por todo el país, y así poder
colocar su mercancía.
Está claro que les salió bien, y hoy pocos son los que no
dan la bienvenida al Año Nuevo con 12 uvas en la mano para ir comiéndolas al
son de cada campanada, o al menos intentándolo.
También conviene saber que las uvas de Nochevieja es una
tradición exclusivamente hispana, que también se exportó a otros países
hispanoamericanos como México, Venezuela, Argentina, Ecuador, Perú, Chile,
Colombia. En otros lugares no se toma nada con la uvas y en algunos, como Italia,
es tradición tomar un plato de sopa de lentejas durante la cena, una tradición
romana que nos dará fortuna en el nuevo año.
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