Trucos y secretos para cocer bien la pasta
Parece muy sencillo.
Apto para cualquier persona aunque no sea muy ducha en cuestiones culinarias. Y
es cierto, sin embargo, existen algunos trucos para
conseguir que nos quede en su punto justo y que no se pegue.
1- MATERIAL
NECESARIO:
- Una cacerola grande
y alta: Uno de los errores más comunes es utilizar una cacerola demasiado
pequeña. Cuanto más pequeña sea la cacerola, más posibilidades tendremos de que
la pasta se pegue y apelmace.
- Un cucharón: Lo
necesitaremos para remover la pasta durante la cocción, nos vale cualquiera.
Solo debemos tener en cuenta que sea lo suficientemente largo para que llegue
hasta el fondo de la cacerola.
- Un escurridor:
Debemos tenerlo a mano para no volvernos locos buscándolo cuando la pasta llega
al punto justo de cocción. Así evitaremos que se pase.
2- INGREDIENTES:
- Agua: La pasta
se debe cocer en agua abundante, mínimo un litro por cada 100 gr de pasta.
- Sal: La cantidad
de sal debe rondar los diez gramos por litro, el equivalente a dos cucharadas
de postre.
- Aceite: Si le
añadimos unas gotas de aceite al agua ayudaremos a evitar que la pasta se
pegue.
- Muchas recetas invitan a aderezar el agua de cocción con
caldo, laurel, granos de pimienta y otras especias. Esta es una buena opción
para pastas que se vayan a servir en blanco, es decir, sin salsa ni sofrito
alguno. Para el resto de recetas si hay que añadir alguna especie o caldo mejor
invertirlo en la salsa.
3- COCCIÓN:
-A la hora de cocer pasta, hay una norma básica y
fundamental: Debemos, siempre, esperar a
que el agua hierva antes de añadir la pasta para que no se nos pegue.
Después bajaremos un poco el fuego.
-Si volcamos la pasta de golpe nos arriesgamos a que el agua
se enfríe y deje de cocer. Para evitar esto es mejor añadir la pasta poco a poco (en el transcurso de unos 15 segundos)
y sin dejar de remover.
- Remover la pasta
mientras cuece. Este paso es especialmente importante en los primeros
minutos de cocción, que es cuando la pasta corre más riesgo de pegarse.
- Cocer la pasta el tiempo justo, punto de cocción. El tiempo dependerá
tanto de si es fresca o seca como del tamaño que tenga. Es recomendable que
sigas el tiempo que indique el fabricante, pero probándola unos minutos antes
para asegurarte de que está a tu gusto.
*Al decidir cuándo vamos a escurrir la pasta, debemos tener
en cuenta (según cada receta) cuánto tiempo va a estar después cociendo en la
salsa. Si la sacamos totalmente cocida y luego la tenemos varios minutos más
cociendo dentro de la salsa, es muy probable que se nos termine pasando.
-Escurrir la pasta
o sacarla con ayuda de una espumadera: En el momento en que tengamos cocida la
pasta al punto deseado colocaremos el escurridor en una pila y volcaremos todo
el contenido de la cacerola en éste. Debemos asegurarnos de dejarla durante un
mínimo de dos minutos en el escurridor agitándolo un par de veces para que el
agua no se quede dentro de las formas de la pasta.
*Algunas pastas más delicadas se pueden romper si lo
volcamos en un escurridor, para estos casos es mejor sacarlas con ayuda de una
espumadera.
- Tener la salsa
lista de antemano: De este modo, en el mismo momento en que la pasta esté
bien escurrida, podremos revolverla con la salsa sin necesidad de enfriarla ni
reservarla.
- Enfriar la pasta:
Lo ideal es comer la pasta recién cocida para que conserve todo su almidón, el
encargado de hacer que se “agarre” bien la salsa en la pasta, pero no siempre
se puede.
Si vas a guardar la pasta cocida para usarla más tarde necesitarás
enfriarla. Para esto es recomendable que lo hagas bajo el chorro de agua fría
inmediatamente después de escurrirla para cortar la cocción y evitar que se nos
pase.
- Conservar la pasta
cocida: Las claves para conservar la pasta, incluso durante varios días,
sin que se nos apelmace ni reseque son:
-
Escurrirla completamente después de enfriarla.
- Una vez
escurrida, añadirle un poco de aceite (una cucharada de postre por cada 100 gr) y revolverla bien para
que toda la pasta quede recubierta de una fina
capa de aceite, que además de actuar como conservante, conseguirá evitar que se apelmace y que se reseque.
- Guardarla
en un recipiente bien tapado y conservarla en el frigorífico hasta su posterior utilización.
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