Dieta Mediterránea, un estilo de vida
Hemos escuchado una y
mil veces las bondades de ella, pero realmente sabemos qué es la Dieta
Mediterránea. En primer lugar, debemos tener muy claro que no es solo un
patrón alimentario, sino un estilo de vida. Combina ingredientes de la
agricultura local, las recetas y formas de cocinar propias de cada lugar con la
práctica de ejercicio físico moderado pero diario.
La Dieta Mediterránea se basa en productos frescos, locales
y de temporada en la medida de lo posible. Ha sido transmitida de generación en
generación desde hace muchos siglos, y está íntimamente vinculada al estilo de
vida de los pueblos mediterráneos. Ha ido evolucionando, acogiendo e
incorporando nuevos alimentos y técnica.
RECOMENDACIONES BÁSICAS:
1.Utilizar el aceite
de oliva como principal grasa de adición
Es el aceite más utilizado en la cocina mediterránea. Es un
alimento rico en vitamina E, beta-carotenos y ácidos grasos monoinsaturados que
le confieren propiedades cardioprotectoras. Este alimento representa un tesoro
dentro de la dieta mediterránea, y ha perdurado a través de siglos entre las
costumbres gastronómicas regionales, otorgando a los platos un sabor y aroma
únicos.
2. Consumir alimentos de origen vegetal en abundancia:
frutas, verduras, legumbres, champiñones y frutos secos
Las verduras,
hortalizas y frutas son la principal fuente de vitaminas, minerales y fibra
de nuestra dieta y nos aportan al mismo tiempo, una gran cantidad de agua. Es
fundamental consumir 5 raciones de fruta y verdura a diario. Gracias a su
contenido elevado en antioxidantes y fibra pueden contribuir a prevenir, entre
otras, algunas enfermedades cardiovasculares y algunos tipos de cáncer.
3. El pan y los alimentos procedentes de cereales (pasta,
arroz y especialmente sus productos integrales) deberían formar parte de la
alimentación diaria
El consumo diario de pasta, arroz y cereales es
indispensable por su composición rica en carbohidratos. Nos aportan una parte
importante de energía necesaria para nuestras actividades diarias.
4. Los alimentos poco procesados, frescos y de temporada
son los más adecuados
Es importante aprovechar los productos de temporada ya que,
sobre todo en el caso de las frutas y verduras, nos permite consumirlas en su
mejor momento, tanto a nivel de aportación de nutrientes como por su aroma y
sabor.
Nutricionalmente se debe que destacar que los productos
lácteos como excelentes fuentes de proteínas de alto valor biológico, minerales
(calcio, fósforo, etc) y vitaminas. El consumo de leches fermentadas (yogur,
etc.) se asocia a una serie de beneficios para la salud porque estos productos
contienen microorganismos vivos capaces de mejorar el equilibrio de la
microflora intestinal.
6. La carne roja se tendría que consumir con moderación y
si puede ser como parte de guisos y otras recetas. Y las carnes procesadas en
cantidades pequeñas y como ingredientes de bocadillos y platos
Las carnes contienen
proteínas, hierro y grasa animal en cantidades variables. El consumo excesivo
de grasas animales no es bueno para la salud. Por lo tanto, se recomienda el
consumo en cantidades pequeñas, preferentemente carnes magras, y formando parte
de platos a base de verduras y cereales.
7. Consumir pescado en abundancia y huevos con moderación
Se recomienda el consumo de pescado azul
como mínimo una o dos veces a la semana ya que sus grasas – aunque de origen
animal- tienen propiedades muy parecidas a las grasas de origen vegetal a las
que se les atribuyen propiedades protectoras frente enfermedades
cardiovasculares.
Los huevos contienen proteínas de muy buena calidad, grasas
y muchas vitaminas y minerales que los convierten en un alimento muy rico. El
consumo de tres o cuatro huevos a la semana es una buena alternativa a la carne
y el pescado.
8. La fruta fresca tendría que ser el postre habitual.
Los dulces y pasteles deberían consumirse ocasionalmente
Las frutas son alimentos muy nutritivos que aportan color y
sabor a nuestra alimentación diaria y son también una buena alternativa a media
mañana y como merienda.
9. El agua es la bebida por excelencia en el
Mediterráneo. El vino debe tomarse con moderación y durante las comidas
El agua es fundamental en nuestra dieta. El vino es un alimento
tradicional en la dieta mediterránea que puede tener efectos beneficiosos para
la salud consumiéndolo con moderación y en el contexto de una dieta
equilibrada.
10. Realizar actividad física todos los días, ya que es
tan importante como comer adecuadamente
Mantenerse físicamente activo y realizar cada día un
ejercicio físico adaptado a nuestras capacidades es muy importante para
conservar una buena salud.
Sin duda, podemos afirmar que la Dieta Mediterránea es un
excelente modelo de vida saludable.
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