Cómo elaborar un Gin Tonic perfecto

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El Gin Tonic es seguramente uno de los cócteles más populares. El secreto quizás sean sus ingredientes básicos: Ginebra o Gin y Tónica. Sin embargo, a pesar de su popularidad, no es fácil encontrar un sitio donde te preparen bien esta bebida. Por eso, nosotros, basándonos en la experiencia de los colegas de Mensencia, nos proponemos enseñar cómo se hace un Gin Tonic perfecto.

El nacimiento del Gin Tonic se lo debemos al alemán JacobSchweppes que se le ocurrió añadir quinina en la soda con burbujas a sabor naranja, creando de esta forma la tónica. Está claro que hoy en día las tónicas se han perfeccionado y obtenemos muchas y de diferentes aromas y sabores.

Pero lo que la hizo tan importante en su día fue que al hacerse con quinina evitaba la malaria y los soldados ingleses que estaban en la India empezaron a combinarla con ginebra, aguardiente muy popular en las calles de Londres, para camuflar el sabor de la primera.

Hoy en día se elaboran muchos tipos de ginebras. Son muchos detalles los que debemos tener en cuenta a la hora de hacer un Gin Tonic. El primero es el vaso, siendo el ancho y corto el que mejor nos viene. Aunque si disponéis de una copa balón también está bien. El motivo es que la Ginebra necesita una boca ancha para que se oxigene y desprenda todo su arsenal de aromas.



También necesitaremos limón verde, o más conocido como lima. Pero no el zumo del limón porque mataría las burbujas de la tónica y el Gin Tonic pierde buena parte de su gracia. Necesitamos la esencia de la lima, para eso cortamos piel sin la parte blanca, la estrujamos encima del vaso y veremos salir pequeñas micro gotitas (es el espíritu de la lima). A continuación lo restregamos por el borde de la copa y lo dejamos en el interior del vaso. Si queremos, podemos cortar un gajo y añadirlo con posterioridad.

Por otro lado vamos a necesitar mucho hielo, tanto como para llenar el vaso por completo. El hielo procuraremos hacerlo de agua de mineralización débil, es decir procuremos no hacer los hielos con agua del grifo.

Echamos la Ginebra de nuestra elección, contando 3 segundos y a cierta distancia de la boca del vaso para que la Ginebra se oxigene. No se trata de un lingotazo, se trata de saborear una bebida con placer.

Por último rellenamos hasta arriba de tónica y con el mango de una cuchara damos una vuelta para darle vida a las burbujas.


Y ya está. Sencillo, ¿no? Pues ahora ya podéis presumir delante de vuestros amigos y conocidos de saber preparar un Gin Tonic perfecto. 

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