12 alimentos contra el estrés

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El estrés es uno de los males modernos con los que nos vemos obligados a convivir los seres humanos. Las prisas, la falta de tiempo, la ansiedad, las exigencias,… Son un cúmulo de situaciones que provocan que vivamos estresados. Y aunque no tenemos un remedio mágico para evitar sentirnos así, sí que existen algunos alimentos que nos ayudarán a minimizar el estrés. La revista Muy Interesante nos explica cuáles son:

ESPARRAGOS:



Los espárragos son ricos en ácido fólico, que es esencial para mantener la calma. Ya sean en ensaladas, a la plancha o al horno, este alimento constituye además una excelente fuente de fibra y vitamina B.

NARANJAS:



Las naranjas son frutas muy apreciadas por su abundancia en vitamina C. Sin embargo, esta vitamina, además de estimular el sistema inmunológico, también frena los niveles de la hormona del estrés, el cortisol, lo que convierte a las naranjas en un excelente aliado anti-estrés.

YOGUR:




Tomar un yogur natural cada día regenera la flora intestinal y favorece la producción de serotonina, la hormona que produce el cerebro y que está íntimamente relacionada la regulación de nuestro estado de ánimo. También es un regulador del sueño, por lo que favorece un sueño apacible al mismo tiempo que controla nuestro estrés y nuestra temperatura corporal.

AVENA:



La avena es un carbohidrato complejo que ayuda a aumentar los niveles de serotonina en el cerebro. La serotonina es un neurotransmisor responsable de impulsar el estado de ánimo y también la relajación. A pesar de que todos los carbohidratos tienen este efecto (incluidas las golosinas, los refrescos, los dulces o las patatas fritas), la avena, aparte de ser más saludable, tarda más en digerirse y, por tanto, tiene efectos más duraderos.

CHOCOLATE:



Muchos estudios han demostrado las bondades del chocolate negro para multitud de aspectos, entre otros, nuestro estado de ánimo. Tomar una pequeña cantidad de chocolate negro al día (40-50 gramos) reduce los niveles de hormonas de estrés. Sin olvidarnos de la gran cantidad de antioxidantes que contiene (más que las frutas).

COL LOMBARDA:



Este repollo de forma redondeada y de hojas lisas, al igual que todas las frutas y verduras de color morado (arándanos, berenjenas, moras, rábanos, cerezas...) contiene anticianinas que protegen contra las enfermedades cardiovasculares y mejoran la claridad mental. Todas estas frutas y verduras han demostrado ser útiles en la lucha contra el estrés.

LIMONES:



Los limones contienen grandes cantidades de antioxidantes tan valiosos como la vitamina C, capaces de purificar y proteger a las células del hígado. Si buscamos el remedio más natural existente contra el estrés, sin duda sería el zumo de limón.  Tomando esta fruta en ayunas nos ayudará contra el estrés, la fatiga y el cansancio crónico.

TÉ DE CAMOMILA:



El té de camomila junto con el tradicional vaso de leche templada son los mejores aliados contra el estrés antes de irnos a la cama. Un estudio de la Universidad de Pennsylvania demostró la eficacia de la manzanilla en un experimento con personas con trastorno de ansiedad generalizada. Tras 8 semanas de tratamiento, los pacientes tuvieron una caída significativa en los síntomas de ansiedad.
También son recomendables hierbas como la valeriana, la flor de naranja o la hierba luisa.

OSTRAS:



A pesar de la fama de marisco afrodisíaco, sus beneficios no acaban ahí. Como ejemplo de alimento contra el estrés, seis ostras tienen más de la mitad de la dosis diaria recomendada de un mineral muy importante: el zinc. Así, las ostras aumentan la resistencia contra el estrés, combaten el cansancio y aportan energía extra.

QUESO COTTAGE:



El queso cottage bajo en grasa está cargado de proteínas y calcio, además de ser bajo en grasa y azúcar. El calcio ayuda a fortalecer y relajar el sistema nervioso y puede ayudar a controlar el estrés. El ácido pantoténico, también contenido en el queso cottage, es una vitamina que ayuda a tu cuerpo a responder ante el estrés y que también asiste a las funciones cerebrales.

VINO:



Un vaso de vino tinto al día ayuda a prevenir la depresión, la ansiedad y el estrés. El vino mejora nuestra circulación sanguínea y reduce la presión arterial, entre otras cosas. El papel protector contra el estrés del alcohol, especialmente del vino tinto, blanco y en menor medida la cerveza, es un buen motivo para tomar de entre 2 y 7 copas de vino a la semana.

ANACARDOS:




Los anacardos son ricos en magnesio (que se conoce como el mineral anti estrés), lo que ayuda a relajar el músculo liso de los vasos sanguíneos. Lo que provoca este efecto es que éstos aportan más oxígeno al cerebro a la vez que ayudan a prevenir los dolores de cabeza y las migrañas.

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¿Dónde colocar cada alimento en el frigorífico?

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Un frigorífico no es solo un contenedor en el que podemos almacenar alimentos sin orden ni concierto. Como casi todo en esta vida, existe una forma correcta de colocar la comida para que el electrodoméstico cumpla con su función y los alimentos se mantengan en buen estado el mayor tiempo posible. Aprende cómo organizar tu nevera para sacarle el máximo rendimiento gracias al blog Hogar Útil.

Temperatura ideal

Controla la temperatura del frigorífico. La nevera tiene que estar a 5ºC y el congelador a una temperatura de -18ºC. En verano es aconsejable bajar un par de grados el frigorífico. Recuerda que para mantener siempre la temperatura ideal no hay que tener el frigorífico demasiado lleno y abrir la puerta solo cuando sea necesario durante el menor tiempo posible.

Limpieza del frigorífico



Es muy importante mantener una higiene adecuada en la nevera. Limpiar el frigorífico por lo menos una vez al mes es una tarea obligatoria.

Espacios bien diferenciados

El frigorífico debe contar con espacios diferenciados para las distintas clases de alimentos. Esta es la única manera de evitar el contacto entre ellos para que no se transmitan olores y sabores de unos a otros. Además, la temperatura no es la misma en toda la nevera y los diferentes alimentos requieren distintas temperaturas para su conservación.

¿Dónde colocar cada alimento?



Los alimentos que necesitan mayor refrigeración como carnes y pescados irán en la parte de abajo, justo la que está en cima del cajón de las verduras, ya que es la zona más fría de la nevera. Sin embargo, los lácteos, embutidos, sobras o cualquier producto que requiera conservación en frío una vez abierto, se colocarán en los estantes medios o superiores.

En la puerta es la zona menos fría y por tanto el lugar ideal para productos como mantequillas o mermeladas. Los productos más recientes los situaremos en la parte posterior para consumir primero los más antiguos que se colocarán en primera fila.

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Asadas o cocidas, ¿cómo prefieres las castañas?

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Los magostos son los reyes del otoño y el fruto del castaño es, sin duda, la reina durante la temporada. Este fruto está delicioso y se puede consumir de muchas maneras distintas, así como emplearlo para la preparación de distintas recetas. En esta ocasión, te vamos a desvelar tres maneras sencillas para que puedas comer castañas asadas sin tener que usar fuego. Ten en cuenta que las castañas asadas es la mejor manera de prepararlas desde el punto de vista de salud. Y para los amantes de las castañas cocidas también le damos algunos trucos. Atentos:

ASAR CASTAÑAS EN EL HORNO
Cada horno es un mundo y los tiempos que indicamos dependen de las características de cada uno. En cualquier caso, para cocinar las castañas deberás hacerle un corte en la cáscara antes de colocarlas en la bandeja de hornear. Para cocinarlas, debes precalentar el horno a 200ª y meterlas durante 20 minutos. Muévelas pasados los primeros 10 minutos para que se hagan bien.



Es quizá la forma más clásica a falta de fuego. Lo único que se necesita es una sartén, que debe ser con agujeros en el caso de que se use una cocina de gas. Para los que tengan vitrocerámica también existe una solución, aunque el resultado no será el mismo. Para ello, podemos usar una sartén o una olla normal. Las colocaremos sobre la superficie de la sartén de manera que haya espacio entre una y otra. ¡Importante! Las castañas deben tostarse, pero no quemarse. Esta manera de asarlas resulta entretenida porque con una pinza les iremos dando la vuelta a las castañas según veamos que se van tostando. Este proceso puede durar unos 10-15 minutos según la cantidad de castañas que hayamos puesto en la sartén.
Las sacaremos cuando veamos que el fruto está de color amarillo intenso y la cáscara se ha ennegrecido ligeramente por algunas zonas.



ASAR CASTAÑAS EN EL MICROONDAS
La versión más arriesgada y moderna del asado de castañas tiene sus ventajas (limpieza y rapidez) y el resultado no tiene nada que envidiarle a la forma tradicional. Antes de cocinarlas, hazle un corte en la parte plana de la castaña tratando de atravesar las dos pieles pero sin romperlas.
Una vez preparadas las pondremos en un plato o en un recipiente apto para microondas y las cocinaremos a 800w (esto dependerá del microondas que tengamos) durante al menos 3 minutos.
Puedes hacer tantas castañas como te apetezcan, eso sí, no hagas muchas más de las que tengas pensado comerte pues cuando se enfrían del todo las castañas se endurecen y si no las has pelado te costará mucho más trabajo ya que la piel vuelve a pegarse a la castaña cuando ésta se enfría.

¡Ojo! No dejes sin vigilancia el microondas mientras se hacen las castañas.

CASTAÑAS COCIDAS
La otra forma más tradicional de hacer las castañas es cocidas. Para ello, debes limpiarlas bien y con un cuchillo haz una pequeña muesca en la piel de cada una de ellas. Después, ponlas en una cazuela con agua, una pizca de sal y unos granos de anís. Cuécelas a fuego suave durante 50 minutos.
Escurre y sírvelas en una fuente grande en el centro de la mesa y que los comensales vayan pelándolas a su antojo. 
Un consejo: Cuando compres castañas debes comprobar que tengan una consistencia dura y que la piel tenga un color pardo brillante.

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Cómo conservar el queso en perfectas condiciones

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El queso es un alimento imprescindible en cualquier hogar. Un producto que adoran niños y mayores y que encontramos casi con total seguridad en la nevera. Pero a veces nos pasamos comprando cantidad y se nos estropea. Por eso, os queremos mostrar algunos trucos y  técnicas de conservación muy eficaces que nos permiten mantener los quesos en perfectas condiciones durante más tiempo.

Antes de nada, tenemos que aclarar que las formas de conservación varían en función del tipo de queso que tengamos en casa:

QUESOS FRESCOS:



Los quesos frescos son los que tardan menos en empezar a coger moho y, por ello, debemos prestar atención a la forma de guardarlos. Una vez abiertos y sacados de su envoltorio deberemos reservarlos en una fiambrera,o cualquier envase con tapa, y poner en el fondo de la misma 4 capas de papel absorbente, como el de cocina, para que absorba el líquido que soltará el queso. Es necesario cambiar el papel todos los días para evitar malas olores.

QUESOS BLANDOS:
-Los quesos blandos que vienen en envases o cajas, como el Camembert, se conservan mucho mejor en su envase original. De manera que, no lo tires y guárdalo para reservar ahí el queso. Una vez abierto, deberás cubrir la parte cortada con papel de plástico transparente, guardar el queso en su caja y dejarlo en la nevera.



- Los quesos blandos que no vienen en cajas ni envases con cierre, como el Roquefort o el Cabrales, deberás adquirir una bandeja de porexpan para colocar el queso sobre ella. Es muy importante que no mezcles los quesos y los conserves de manera individual. Así, coloca el queso blando sobre la bandeja y cúbrela por completo con papel de plástico transparente. Introdúcelo en el frigorífico. En general, este tipo de quesos suelen tener un olor bastante fuerte que puede impregnar toda nuestra nevera, de manera que, para evitarlo, puedes introducir la bandeja plastificada en una envase con tapa.



QUESOS DUROS O SEMIDUROS:



Los quesos duros o semiduros, como los Manchegos, independientemente de si son tiernos, curados o semicurados, deben conservarse envueltos en papel de plástico una vez empezados. Pero, no debes cubrir todo el queso, solo tendrás que tapar con el papel transparente la parte cortada, pues si lo envuelves por completo el queso no podrá respirar. Resérvalos en la parte más baja de la nevera o dentro de algún cajón, alejado del congelador.

            Los quesos blandos requieren de una temperatura de entre 3º y -7ºC para conservarse en perfectas condiciones, mientras que los duros necesitan entre 7º y 12ºC. Es por ello que estos últimos debemos reservarlos en la parte más baja de la nevera, alejados del congelador, donde la temperatura es más alta.

            Otra forma de conservar los quesos curados y semicurados es en aceite de oliva virgen. Podemos coger un recipiente, llenarlo de aceite de oliva, guardar el queso dentro y, si queremos, añadir hierbas aromáticas como tomillo, laurel o romero.

            Los quesos deben estar en temperatura ambiente para mantener su textura y sabor, de manera que retíralos de frigorífico 1 hora antes de consumirlos. Es posible que la parte cortada presente una ligera capa de moho si lleva bastante tiempo o se haya endurecido, no te preocupes por ello, solo córtala. El resto estará en perfectas condiciones.

            Las queseras son, sin dura, la mejor forma de conservar cualquier tipo de queso. Pero es un método costoso y no todo el mundo puede adquirir una. Así pues, te recomendamos que utilices los métodos anteriores y conserves tus quesos por más tiempo. Por supuesto, no olvides consultar la fecha de caducidad para consumirlos dentro del plazo.



            El otro método, magnífico, consiste en meter el queso en una bolsa que se llama de congelación, aunque no la uso nunca para congelar, que lleva doble cremallera y un dispositivo especial, una pequeña bomba con la que se puede hacer el vacío en un momento. Y al no haber aire, no habrá fermentación.
La primera vez que adquiráis estas bolsas, de varios tamaños, comprar al mismo tiempo la bombita extractora que luego os servirá para usos posteriores cuando ya adquiráis solamente las bolsas. Desde que las estoy probando para este uso me parecen un éxito total. ¡Y están al alcance de cualquier bolsillo!


            Para apreciar todas las cualidades del queso es importante sacarlo de la nevera 1 hora u hora y ½ antes de consumirlo procurando además cortar sólo la cantidad que se va a tomar.
Si se os olvida sacar con antelación el o los trozos que se vayan a degustar, se pueden atemperar en el microondas, a 300 vatios de potencia, en poquísimos segundos y dándoles la vuelta continuamente antes de que se calienten.
Pero hay que hacerlo despacio y con mucho cuidado porque si el tiempo es excesivo… ¡se os pueden empezar a fundir!
El queso no se debe nunca calentar, solo perder el frío y adquirir la temperatura ambiente.

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